El uso de la tecnología en los tratamientos psicológicos permite habilitar un espacio de “presencia” y acompañamiento cuando la presencia física no es posible (migraciones, enfermedades, situaciones de crisis).

Es un trabajo eficiente que puede mantenerse en el tiempo y cuyo objetivo, además del trabajo analítico inherente a un proceso psicoterapéutico, es el cuidado del lazo social que en ciertas circunstancias se ve peligrado.