El concepto depresión proviene del latín depressio (hundimiento, zona de terreno hundida o hundimiento en sentido moral). Es esta la sensación que tiene la persona deprimida, que hay algo que se hunde e incluso uno mismo se siente hundido, predominando dos signos en él: la tristeza y la inhibición.

La depresión es un estado que afecta a tres áreas: la fisiológica (insomnio o estado constante de sueño, pérdida o exceso de apetito, desinterés sexual), la afectiva (desesperanza, tristeza, decaimiento, irritabilidad, aislamiento) y la cognitiva (dificultad en la atención, sensación de pérdida de memoria, disminución del rendimiento).

Cada persona resultará afectada de un modo particular, en función de su historia de vida y sus circunstancias. Por ello consideramos fundamental revisar la propia historia para entender el sufrimiento actual que aparece. Un trabajo psicoterapéutico ofrece la posibilidad de generar un nuevo espacio subjetivo para alojar el malestar, y además, poder dar espacio al propio deseo y el bienestar.